Los
corticoides tienen, además, potentes propiedades antiinflamatorias e
inmunosupresoras, motivo por el que se utilizan como medicamentos (sintetizados
artificialmente) en el tratamiento de diferentes enfermedades inflamatorias,
incluyendo aquellas que afectan a la piel.
Pueden
utilizarse por vía sistémica (pastillas o inyecciones) o por vía tópica
(cremas, pomadas, etc), para tratar diversas patologías.
A
continuación repasamos, a modo de ejemplos, diez de los mitos y errores más
frecuentes en el uso de los corticoides tópicos.
1.- “No quiero usar corticoides tópicos
porque tienen muchos efectos secundarios. Un conocido que los tomaba engordó y
le subió el azúcar”.
Los
efectos adversos más graves (aumento de peso, osteoporosis, diabetes…)
responsables de la mala prensa de los corticoides, son producidos por la
administración sistémica continuada y son muy poco frecuentes cuando se
utilizan de forma tópica.
Si
los corticoides tópicos se aplican de forma adecuada, su absorción sistémica
(paso del corticoide a la sangre) suele ser muy baja y, en la mayoría de los
casos, insignificante.
Los
efectos secundarios a nivel local (sobre la propia piel) son raros pero pueden
aparecer por el mal uso de los corticoides tópicos. Si se aplican de forma
repetida y continuada, en una misma localización, sin periodos de descanso,
pueden producir adelgazamiento (atrofia) de la piel, aparición de estrías y de
pequeñas venitas ramificadas (telangiectasias), pérdida del color de la piel
(hipopigmentación), aparición de pelo (hipertricosis) y erupciones a nivel de
la cara (reacciones acneiformes). Por este motivo, debemos usar los corticoides
tópicos siguiendo siempre las indicaciones de nuestro dermatólogo.
2.- “El dermatólogo me ha mandado un
corticoide tópico a pesar de que yo ya estaba usando uno y no me hacía nada.
¿Para qué me manda lo mismo?”
No
todos los corticoides son iguales. Los distintos corticoides tópicos se
diferencian entre sí, principalmente, en dos aspectos: la potencia del
corticoide y el excipiente o vehículo.
-
Los corticoides se clasifican según la potencia (baja/media/alta/muy alta). A
mayor potencia, mayor efectividad pero también, por tanto, mayor riesgo de
efectos secundarios. Para dermatitis leves, será suficiente usar un corticoide
de potencia baja (por ej hidrocortisona acetato) pero para enfermedades de la
piel más graves, deberemos usar corticoides de potencia muy alta (por ej
clobetasol propionato), si queremos una respuesta correcta al tratamiento. La
potencia del corticoide a usar también depende de otros factores, como la
localización de las lesiones.
- En
cuanto al vehículo o excipiente, nos referimos a la sustancia donde va
incorporada el corticoide en sí. Se pueden diferenciar, de más grasas a más
líquidas: ungüentos, pomadas, cremas, emulsiones, geles, lociones… El uso de
uno u otro dependerá de diversos factores, como comentaremos en el siguiente
punto.
El
dermatólogo elegirá el tipo de corticoide y el vehículo más adecuado para
nuestro problema, ya que la elección de un excipiente inadecuado o un
corticoide no suficientemente potente pueden provocar que nuestro problema de
la piel no mejore.
3.- “Corticoide en crema y pomada es lo
mismo”.
No
son exactamente lo mismo. La pomada es algo más grasa y densa que la crema.
Como hemos comentado, el vehículo o excipiente es la sustancia donde va
incorporada el corticoide. En líneas generales, cuanto más graso sea el
excipiente, mayor será la absorción. Pero hay que tener en cuenta que algunos
excipientes pueden resultar cosméticamente desagradables en algunas
localizaciones. No se nos ocurriría, por ejemplo, aplicarnos un ungüento
(excipiente grasiento y espeso) en la cara. Como la absorción del corticoide
depende del excipiente, lesiones en palmas o plantas, donde la capa córnea de
la piel es muy gruesa, requieren de vehículos más grasos para llegar a
absorberse. Las pomadas y ungüentos, además, son más hidratantes y más útiles
en lesiones con escamas gruesas y secas. No se deben utilizar, sin embargo, en
zonas con pelo y en pliegues, ya que por su naturaleza grasa pueden resultar
incómodos. Las lociones y los geles son los preparados menos grasientos. Son
útiles para zonas con pelo porque penetran fácilmente y dejan poco residuo. Por
último, si las lesiones son muy extensas, podemos usar emulsiones, excipiente
más fluido que la crema y fácil de extender.
4.- “Mi dermatólogo no tiene ni idea,
siempre me manda crema de cortisona para todo: dermatitis, picaduras,
quemaduras…”
Curiosa
y paradójicamente, parte de la mala fama de los corticoides tópicos es debido a
su versatilidad en el tratamiento de múltiples problemas de la piel. Es cierto
que los corticoides tópicos tienen muchas indicaciones (dermatitis atópica,
psoriasis, liquen plano…) pero no sirven para todo. Están contraindicados para
el tratamiento de infecciones de la piel producidas por bacterias u hongos, por
ejemplo.
5.- “Es mejor usar remedios naturales como
la aloe vera, en vez de corticoides tópicos.”
El
aloe vera y otros productos naturales pueden poseer efectos hidratantes, antiinflamatorios
o cicatrizantes. Normalmente son inocuos sobre la piel sana pero en la piel con
dermatitis pueden ser contraproducentes. También hay que tener en cuenta que la
mayoría de los fabricantes extraen y purifican los extractos de las plantas evitando
los componentes más irritantes pero, actualmente, está de moda el uso de aloe
vera obtenida directamente de la planta, pudiendo dar lugar a irritación o
reacciones alérgicas.
6.- “A mi hijo se le enrojece la piel y le
pica, y aunque le pongo mucha crema hidratante, no mejora, de hecho, cuando se
la pongo, le escuece más.”
La
hidratación de la piel a diario es fundamental, sobre todo en los niños. A
pesar de ello, a veces pueden aparecer problemas de dermatitis (especialmente
en los niños con piel atópica), que se manifiesta con rojez, descamación y
picor. Una vez la dermatitis está establecida, no cederá con crema hidratante y
requerirá del uso de un corticoide tópico.
7.- “Cuando me sale el eccema, me pongo la
crema de corticoide pero solo 2-3 veces y ya la dejo, porque hay que usarlo lo
menos posible.”
Una
pauta de corticoide tópico demasiado corta, puede no curar por completo el
brote de dermatitis, haciendo que mejore algo pero persista de forma crónica.
Es mejor cumplir la pauta que nos indique nuestro dermatólogo.
8.- “Los corticoides tópicos no se pueden
usar en los niños.”
Si
se aplican correctamente, los corticoides tópicos se pueden y, de hecho, se
deben utilizar en los niños, si es necesario. Sí hay que tener en cuenta que
los niños pequeños y especialmente los lactantes, tienen una piel más fina y,
además, proporcionalmente su superficie cutánea es más amplia (respecto al
peso) que en un adulto, por lo que el riesgo de absorción sistémica de los
corticoides tópicos puede ser mayor. Por este motivo, es preferible escoger un
corticoide de potencia media-baja y no aplicarlos sobre zonas extensas ni
durante largos periodos de tiempo.
9.- “Estoy embarazada, ¿puedo usar un
corticoide tópico?”
Como
hemos comentado anteriormente, la cantidad de corticoide tópico que pasa a la
sangre y que, por tanto, puede llegar al feto, es insignificante. En caso de
clara necesidad, las mujeres embarazadas pueden usar corticoides tópicos,
evitando siempre la aplicación prolongada y en zonas extensas. Hay que tener en
cuenta que precisamente el embarazo puede desencadenar algunos tipos de
erupciones que provocan mucho picor, como la conocida como “erupción polimorfa
del embarazo”, típica del tercer trimestre y que muchas veces requiere el uso
de corticoides tópicos. En cualquier caso, incluso los corticoides sistémicos
se usan a veces en las embarazadas, no son medicamentos que estén absolutamente
contraindicados.
10.- “Estoy dando el pecho a mi hijo, por
lo que no quiero usar un corticoide tópico.”
Como
hemos comentado anteriormente, la cantidad de corticoide tópico que pasa a la
sangre, y por tanto, susceptible de pasar a la leche materna, es
insignificante. Si fuera necesario, una madre puede usar un corticoide tópico
durante el período de lactancia. Debe evitarse la aplicación sobre los pechos,
para que el bebé no tenga contacto directo.
Ya sabéis, si tenéis más dudas respecto a este tema o respecto a cualquier otro, no dudéis en escribirnos a clinicaeherrera@gmail.com.
Posted by: Dra. Paula Martín Cuevas
Dermatóloga Clínica Herrera
Hospital Xanit Internacional