jueves, 26 de enero de 2017

¿Del frío al calor en segundos? Cuidado con los daños que causan en tu piel

Dos de los efectos más notables de las temperaturas extremas en nuestra piel, sobre todo cuando se producen bruscas variaciones térmicas, mucha humedad o viento fuerte, son la cuperosis y la rosácea.


La cuperosis no es realmente una patología, más bien una reacción o síntoma que puede dar lugar a la segunda, y se presenta en forma de un marcado enrojecimiento de la piel, por ejemplo en las mejillas, nariz o mentón. La rosácea, por el contrario, sí es una enfermedad de la piel que se caracteriza por la aparición, inicialmente, de un eritema facial persistente y episodios súbitos de enrojecimiento facial (flushing). Posteriormente surgen las típicas lesiones similares al acné juvenil en forma de pápulas y pústulas. Por el eritema persistente a nivel facial, suelen aparecer con frecuencia vasos sanguíneos dilatados en forma de antiestéticas teleangiectasias y “arañas” vasculares. En los casos más severos pueden llegar a aparecer deformidades a nivel facial, especialmente en la nariz en forma de rinofima, o como vulgarmente se suele denominar “nariz de borracho”.

Rosácea, enfermedad piel


Rosácea, enfermedad piel

Los dermatólogos deben ser los encargados de diagnosticar y tratar ambas dolencias. Como explica el doctor Norberto López, especialista de Clínica Dermatológica Dr. E. Herrera, “lo ideal para obtener buenos resultados en el tratamiento de la rosácea es con un abordaje global”. Así, se deben evitar también los factores desencadenantes de brotes, evitando el estrés, el consumo de tabaco y, en este momento, los cambios bruscos de temperatura

TRATAMIENTO

Para las fases inflamatorias iniciales leves se suelen usar antibióticos tópicos, y si el brote es más severo los recomendamos por vía oral. Además, para controlar la aparición de nuevos brotes es fundamental tratar el eritema facial residual y las pequeñas arañas vasculares. En nuestro servicio del Hospital Vithas Xanit Internacional disponemos de la última tecnología para tratar de forma satisfactoria tanto el eritema facial, con dispositivos de luz pulsada UPL de última generación; como las arañas vasculares, con la plataforma de láser actualmente más efectiva, avanzada y segura (Láser vascular de Neodimio-Yag Synchro HP de DEKA). Además, para el tratamiento de las deformidades a nivel facial disponemos del sistema LÁSER de CO2 AcuPulse con tecnología MultiMode de Lumenis. De esta forma, damos respuesta a todos y cada uno de los síntomas que puedan presentar los pacientes con rosácea, en un entorno hospitalario y llevado a cabo por dermatólogos con una dilatada experiencia profesional.

Los fuertes cambios de temperatura a los que nos sometemos durante al duro clima invernal, con días como los que vivimos estas semanas, son en gran parte desencadenantes de cuperosis o rosácea, pero también condicionan otros factores como la herencia genética, patologías como la diabetes o la hipertensión, el estrés y consumir alcohol, bebidas muy calientes o comidas muy picantes. Por otro lado, la rosácea afecta principalmente a personas de entre 30 y 50 años, con piel clara y sensible, sobre todo a mujeres.






¿CÓMO EVITARLAS? 

Dejando al margen los factores hereditarios o fisiológicos, es importante cuidar la alimentación, huir de las radiaciones solares y, ya sabéis, a pesar del frío, procurad no someter a vuestra piel a cambios radicales de temperatura y evitad las exposiciones directas a fuentes de calor como chimeneas, mantas térmicas o radiadores. Además, es fundamental evitar el estrés y la ansiedad, que desafortunadamente tan presentes están en nuestra sociedad actual, ya que son un claro factor agravante de los brotes de rosácea.


Si quieres saber algo más concreto o que abordemos algún otro tema dermatológico que te interese, puedes dejar aquí tu comentario o escribirnos y hacer tu consulta en clinicaeherrera@gmail.com
















sábado, 21 de enero de 2017

Verrugas, ¿son todas iguales?



La RAE define <<verruga>> como “excrecencia cutánea por lo general redonda (del latín verrūca)”. Por tanto, de forma coloquial, podemos llamar verruga a muchas de las alteraciones que aparecen en la piel del ser humano. Sin embargo, desde el punto de vista dermatológico, “el término verruga hace referencia a un tipo concreto de lesión, específicamente a las producidas por el virus del papiloma humano (VPH)”. La doctora Paula Martín Cuevas, dermatóloga de la Clínica Dermatológica DR. E. Herrera, considera que este es un matiz importante, puesto que “hay otro tipo de lesiones (no verrugas) que no son de origen vírico y, por tanto, tampoco son contagiosas”. Para saber ante que nos encontramos, es imprescindible la intervención del médico especialista en Dermatología, quien determinará el tipo de lesión, la gravedad y el tratamiento más conveniente.


A continuación, os explicamos las características más relevantes de algunos tipos de lesiones cutáneas que son conocidas popularmente como verrugas:

Verrugas: Las verrugas propiamente dichas son causadas por una infección viral de las células de la capa superficial de la piel (epidermis). Están producidas por el virus del papiloma humano (VPH), del cual se han identificado unos 80 serotipos diferentes, algunos relacionados específicamente con grupos particulares de verrugas. Estas pueden ser:
  • Verruga vulgar: Frecuente en las manos, aunque puede aparecer en cualquier localización. 

  • Verruga plantar: Difícil de eliminar ya que, dada la presión al caminar, crece hacia dentro. La gente se suele referir a ellas como “papilomas”.  
  • Verruga plana: Más pequeña y lisa, suele crecer en grupos y es frecuente en niños y en la cara.

  • Condiloma o verruga genital: También producida por el virus del papiloma humano pero por serotipos diferentes. Igualmente, se contagia por contacto con una persona que tiene el virus en su piel. Y en el caso de la piel de la zona genital, el contacto es de tipo sexual. Es importante destacar que, aunque el preservativo puede proteger del contagio, si los condilomas están en el pene o en la vulva puede haber zonas expuestas como el pubis donde también aparecen.

Moluscos contagiosos: Son lesiones pequeñas, generalmente entre 2-5 mm, redondeadas cupuliformes con una pequeña umbilicación (depresión) central. También son de origen vírico, pero no por el virus del papiloma humano, sino por otro diferente, el poxvirus. Son muy frecuentes en los niños, con facilidad de propagación propagarse y pueden llegar a ser muy numerosas. También aparecen en los adultos, sobre todo en la zona genital debido al contagio por contacto durante las relaciones sexuales.


Queratosis seborreica: Son excrecencias cutáneas marronáceas. Aparecen en cualquier parte del cuerpo, aunque lo más frecuente es en el tronco, cara, cuero cabelludo… Algunas son prácticamente planas pero también pueden ser bastante gruesas; su extensión varía, entre las que miden unos pocos milímetros y las que llegan a más de un centímetro. Por otra parte, presentan una gama de color que va desde el marrón claro hasta casi el negro. No son de origen vírico y, por tanto, no son contagiosas. Suelen aparecer con la edad y según la predisposición de la persona. Tampoco están relacionadas con la exposición al sol. Desde el punto de vista médico, no tienen ninguna importancia, aunque pueden resultar antiestéticas.
   

Fibromas o acrocordones: Podemos definirlos como pequeños repliegues de piel que sobresalen al crecer hacia fuera. Son frecuentes en el cuello y en pliegues, como las axilas y las ingles. Pueden ser muy pequeñas o sobresalir varios milímetros. Se piensa que están relacionadas con el roce, por ejemplo es común en el cuello de personas que suelen llevar una cadena. Sin embargo, aquí también influye la predisposición de cada persona, pues hay gente a la que les aparecen sin haber usado cadena en toda su vida, y a otras personas no les aparece a pesar de usar cadena.

    

 Nevus melanocítico intradérmico: En este caso estamos hablando de un tipo de lunar. No todos los lunares son planos. En este caso estamos hablando de lunares que tienen relieve. Suelen aparecer en la infancia o juventud y, de forma característica, van adquiriendo volumen con el paso de los años, incluso llegan a perder el pigmento, quedando del color normal de la piel. 




Si quieres saber algo más concreto, puedes escribirnos y hacer tu consulta en clinicaeherrera@gmail.com. También puedes llamar al 952 224 028 ó visitarnos en la avenida Manuel Agustín Heredia, 12, 5º izq, de Málaga.



miércoles, 4 de enero de 2017

Cómo enfrentarse a la piel del adolescente



La piel de los adolescentes es una ‘víctima’ más de los vaivenes hormonales que se producen en el cuerpo humano aproximadamente  entre los 11 y los 20 años. Los dermatólogos mantienen una regla básica en sus recomendaciones: Rutina diaria en la limpieza e hidratación de la piel. El resto, hay que pasarlo con mayor o menor ‘sufrimiento’, dependiendo de la genética y de los cuidados que seamos capaces de mantener. Y en los casos más graves recurrir a la ayuda de especialistas en Dermatología.


Así las cosas, es importante que tanto las chicas como los chicos se comprometan con las medidas que proponen los especialistas para mantener a raya esos granillos, espinillas y puntos negros propios de la edad. 


Cuando se trata de casos leves, como la aparición esporádica y dispersa de algunos granos en la zona de la frente, nariz y barbilla, el doctor Enrique Herrera Acosta considera que sería suficiente con:

  • Limpieza diaria de la piel, por la noche, con un jabón neutro y agua tibia.
  • Tonificación diaria, aplicando un tónico suave y sin alcohol.
  • Hidratación diaria, con protección solar, por lo menos de factor 15. Una piel muy bronceada en la adolescencia puede ser el mejor caldo de cultivo para las arrugas de la madurez.
  • El sol puede ser bueno al ser antiinflamatorio  pero también puede causar pigmentación de la piel, así que conviene ser precavido.
  • Semanalmente, está recomendada una exfoliación y una mascarilla para limpiar o desincrustar la grasa de los poros.
  • Los productos dermocosméticos deben ser no-comedogénicos, es decir, que no obstruyan los poros de la piel. También hay que evitar que sean grasos.
  • FUNDAMENTAL: No tocarse los granos ni las espinillas, porque pueden infectarse. Los granos van a desaparecer tarde o temprano, pero si nos hacemos heridas intentando eliminarlos o se infectan, las cicatrices pueden quedar para siempre.
  • Deben evitarse los flequillos y conviene recogerse el pelolo más posible o el mayor número de horas al día. 
 


Cuando el caso es más grave y pasamos a un acné moderado, como explica la doctora Paula Martín Cuevas,  la piel presenta un mayor número de comedones (puntos negros) y/o lesiones inflamatorias (espinillas), por eso, además de todos los consejos anteriores, es imprescindible consultar al dermatólogo. El especialista encauzará el tratamiento específico en cada caso. En el acné moderado suele ser suficiente con tratamiento tópico, es decir, con una crema para aplicar sobre la piel. Estos medicamentos, gracias a sus propiedades, favorecen la eliminación de los comedones o puntos negros, y disminuyen la inflamación de las espinillas, facilitando su desaparición. 

Los medicamentos más utilizados para el acné son:
  • Retinoides tópicos, como adapaleno, tretinoína, entre otros.
  • Peróxido de benzoilo. 
  • Antibióticos tópicos, como eritromicina o clindamicina 
  • También existen en el mercado productos que son combinaciones de los anteriores, es decir, la misma crema contiene dos componentes, facilitando la aplicación del tratamiento y aumentando su eficacia, por ejempleo adapaleno + peróxido de benzoilo, clindamicina + peróxido de benzoilo, tretinoína y clindamicina. 

Cuando el acné es severo, con lesiones muy numerosas y de gran tamaño que no mejoran con tratamiento tópico, es necesario que el dermatólogo nos recete un tratamiento médico vía oral (pastillas)

Los medicamentos más utilizados, según el tipo de acné y su gravedad, son: 

  • Antibióticos vía oral -doxiciclina o azitromicina- que mejoran sobre todo aquellos casos de acné con muchas lesiones inflamatorias (espinillas muy inflamadas y de gran tamaño, con pus). 
  • Anticonceptivos orales, especialmente indicado en chicas cuyo acné está influenciado por alteraciones hormonales, por ejemplo en el síndrome de ovario poliquístico.
  • Isotretinoína, frecuentemente usado en adolescentes con acné polimorfo severo (tanto comedones-puntos negros como espinillas inflamadas).