lunes, 24 de julio de 2017

Y tú, ¿qué tipo de cicatriz tienes?



Quien más y quien menos tiene una cicatriz en alguna parte de su cuerpo, ya sea producida por una operación quirúrgica, un traumatismo o cualquier otro accidente. En ocasiones, estas marcas están en lugares muy visibles del cuerpo y pueden resultar antiestéticas para quien las padece, lo que lleva a plantear su eliminación.

Pero antes de pensar en un tratamiento, los especialistas deben analizar qué tipo de cicatriz es y cómo se formó, para así recomendar el mejor método para eliminarla. La doctora Marisol Contreras Steyls, dermatóloga de la Clínica Dermatológica Dr. E. Herrera, nos explica en este post, qué son, qué tipos hay y cómo se pueden tratar las cicatrices.

En primer lugar debemos aclarar que las cicatrices son “una respuesta fisiológica normal del organismo ante una alteración de los tejidos que lo componen”. Su proceso de maduración, es decir, la formación total de una cicatriz, suele durar alrededor de un año, aunque “en pacientes menores de 30 años maduran más despacio y con peores resultados estéticos finales que en los mayores de 55”, aclara la doctora Contreras.

Por tanto, conviene enumerar las diversas variables clínicas que influyen en la capacidad de cicatrización de cada paciente:

  • La localización anatómica. Hay zonas que regeneran por completo -como las encías-, frente a zonas de cicatrización de “mala calidad” –como ocurre en la espalda y el tórax-.
  • El sexo. Las mujeres fértiles cicatrizan peor que las posmenopáusicas y que los varones, debido a la influencia de los estrógenos.
  • La raza. La raza negra cicatriza peor que la caucásica.
  • La edad. Como hemos comentado anteriormente, repercute en la formación de la cicatriz. Cuanto mayor es el paciente, más rápido y mejor madura la lesión. Los pacientes jóvenes tienen una peor cicatrización.
  • El tamaño de la herida y contaminación local. Las heridas más grandes tardan más tiempo en cicatrizar y más aún si existen factores externos que las contaminen.
  • Predisposición genética.

En cuanto a la tipología, de forma general se puede decir que hay cinco clases de cicatrices, las normotróficas hiperpigmentadas, las normotróficas hipopigmentadas, las atróficas, las hipertróficas y las queloides:

  1. La cicatriz hiperpigmentada presenta una coloración más oscura fruto de un mayor grado de melanogénesis (mayor formación de melanina). 
  2. La cicatriz hipopigmentada tiene un color más claro que el resto de la piel sana, la razón es que la piel es incapaz de producir melanina en esa zona, como secuela del traumatismo que la originó. Son cicatrices donde hay una total ausencia melanocitos (células que producen la melanina). Por eso, son bastante más difíciles de resolver que las anteriores.
  3. La cicatriz atrófica. En este tipo, la destrucción tisular que originó la cicatriz, es decir, la desaparición de tejido de la piel, fue de tal intensidad que el proceso de reparación no es capaz de “volver a rellenar” la carencia de tejido por completo. Esto es típico en las cicatrices del acné, que a veces simulan un piqueteado.
  4. La cicatriz hipertrófica. Es una forma patológica de cicatrización excesiva que surge normalmente dentro de las 4 primeras semanas tras la herida inicial y sin sobrepasar los márgenes originales. Crece después rápidamente durante los primeros meses (hasta un año) y más tarde remite espontáneamente.
  5. Las queloides. Son cicatrices exuberantes que pueden aparecer de forma más tardía, crecer inicialmente y después continuar proliferando de forma indefinida hasta afectar zonas vecinas. Las zonas más afectadas son la preesternal, hombros, cuello, tercio superior de la espalda y lóbulos auriculares.

Aunque son dos tipos de cicatrices distintas, las hipertróficas y queloides se incluye en el mismo espectro lesional. Ambas son formas patológicas de cicatrización excesiva en individuos genéticamente predispuestos, tras una lesión que puede ser traumática, inflamatoria o quirúrgica. Además, pueden ser secundarias a diversos procesos dermatológicos, como el acné, foliculitis, piercings, tatuajes o quemaduras. Por razas, la cicatrización patológica es más frecuente en poblaciones asiáticas (china y polinesia sobre todo). Los queloides son más frecuentes en individuos de piel más oscura y en la raza negra, en los que son 15 veces más frecuentes que en la raza blanca. En los pacientes afrocaribeños pueden aparecer queloides hasta en un 16% de la población.

Finalmente, existen diversos métodos para la eliminación de cicatrices y la tecnología más avanzada es un gran aliado. Laser, Luz Pulsada, corticoterapia o crioterapia son algunos de los tratamientos utilizados por los dermatólogos. Dado que la eficacia no siempre es del cien por cien, porque depende mucho del tipo de lesión, los especialistas optan en la mayoría de los casos por un procedimiento individualizado, especialmente diseñado para cada paciente.

En el próximo post detallaremos los diversos tratamientos para eliminar las cicatrices o, cuanto menos, minimizar su impacto visual. 

Como siempre, ya sabes que tienes un problema concreto con el cuidado de tu piel debes acudir al dermatólogo. No obstante, si te quedan dudas, sobre este u otro tema dermatológico o dermoestético, escríbenos al correo electrónico clinicaeherrera@gmail.com o contacta con nosotros en Avenida Manuel Agustín Heredia Nº12, 5º Izq.29001 Málaga; Teléfono: 952 224 028; Móvil: 671 600 826.



 

martes, 18 de julio de 2017

Presoterapia para estimular la circulación y Radiofrecuencia contra la flacidez y la celulitis



Como complemento a la carboxiterapia, de la que hablábamos hace un par de semanas, en este post explicamos en qué consisten la Presoterapia y la Radiofrecuencia, tratamientos dermoesteticos ideales para cmplementar también con otras técnicas como la mesoterapia. 


A través de ondas de presión, la presoterapia estimula el sistema circulatorio, generando un drenaje linfático. Por otro lado, con la radiofrecuencia se genera calor en las capas profundas de la piel combatiendo tanto de la flaccidez a nivel facial y corporal como la celulitis. Además, puede realizarse en cualquier época del año, ya que no es un tratamiento con pinchazos y es ideal para mantenimiento y mejoría del aspecto de la piel en verano.

En concreto, y para establecer las particularidades de ambos tratamientos, la doctora Rocío Martín Palanca, especializada en Medicina Estética y Antienvejeciento, explica que la Presoterapia es un tratamiento corporal diseñado principalmente para mejorar la circulación venosa y linfática. Consiste en aplicar diferentes presiones de aire en las zonas a tratar, ejerciendo una compresión y una relajación de forma alterna, mediante botas (especiales para la presoterapia) que recubren las piernas, a través de las cuales se realiza sobre el cuerpo una presión positiva que se va alternando en forma ascendente, por lo cual se le llama también presoterapia secuencial

Esta terapia mejora el aclaramiento del líquido extracelular, reduce la hinchazón, linfoedemas y los edemas, con lo que alivia la fatiga de las piernas y actúa contra la celulitis. 


Esta técnica, en principio, está indicada para todo tipo de personas, incluso embarazadas, siempre y cuando no se presenten contraindicación indicadas por su médico.

El tratamiento con presoterapia requiere de 1 y 3 sesiones por semana, según el grado de edema o patología del paciente. La duración de las sesiones oscila entre los 20 y los 45 minutos aproximadamente, dependiendo también de las peculiaridades de usuario.

En cuanto a la Radiofrecuencia, es una técnica que genera un campo eléctrico que cambia de positivo a negativo y produce calor. Este calentamiento profundo de la piel y tejido celular subcutáneo comienza a ser efectivo a partir de los 41º y desencadena una cascada de reacciones que permitirán reducir tanto la flacidez a nivel facial y corporal como de la celulitis.

Este calor estimula la formación de nuevo colágeno, con lo que la piel se verá más firme. El calor hace una contracción de las fibras de colágeno de la piel, lo que estimula la producción del mismo y mejora el tono cutáneo. Y así se combate la flacidez.


Además, mejora el flujo linfático de la zona tratada y también de la circulación sanguínea, con lo que oxigena el tejido, mejora el metabolismo del tejido graso subcutáneo y actúa sobre la celulitis.

Se trata de un tratamiento médico que se realiza con radiofrecuencia Accent, y debe ser valorado por el especialista antes de realizarse, ya que está contraindicado en el caso de marcapasos, prótesis, y otras patologías. 

El número de sesiones de radiofrecuencia viene determinado por el grado de patología del paciente, suelen ser en torno a las 6 sesiones para completar el tratamiento, que se deben realizar cada 15 días o una vez al mes.

El equipo de Dermatología y Estética de la Clínica Dr. E. Herrera dispone de todo el equipamiento tecnológico necesario para realizar estos tratamientos en las instalaciones del Complejo Vithas Xanit Limonar.

Como siempre, ya sabes que tienes un problema concreto con el cuidado de tu piel debes acudir al dermatólogo. No obstante, si te quedan dudas, sobre este u otro tema dermatológico o dermoestético, escríbenos al correo electrónico clinicaeherrera@gmail.com o contacta con nosotros en Avenida Manuel Agustín Heredia Nº12, 5º Izq.29001 Málaga; Teléfono: 952 224 028; Móvil: 671 600 826.




sábado, 8 de julio de 2017

Los niños al sol, decálogo para adultos responsables



Cuidar la piel de los niños frente al sol es responsabilidad de los adultos en todo momento. No hay que olvidar que los cuidados que recibe nuestra piel en los primeros años de vida determinarán en gran medida el riesgo de desarrollar cáncer de piel en la edad adulta.


Si tenemos dudas sobre cómo proteger la piel de los menores cuando están al aire libre, lo mejor es darle la vuelta al refrán y aplicar el ‘más es menos’, es decir, cuantas más barreras le pongamos al sol, mejor estaremos actuando. Para ayudar, desde Clínica Dermatológica Dr. E. Herrera os ofrecemos 10 consejos sobre cómo proteger la piel de los más pequeños de los rayos ultravioleta:

  1. Un bebé debe permanecer SIEMPRE a la sombra. Los niños menores de 6 meses no deben estar nunca expuestos directamente a la luz solar.
  2. Es RECOMENDABLE llevar ropa holgada y de algodón. La vestimenta es importante, procura que no sea ajustada, mejor manga larga y que sea ropa diseñada especialmente para niños. Los chalecos o prendas sin mangas no son recomendables porque el cuello y los hombros se queman con facilidad.


  3. PROTEJA especialmente la cabeza, con sombreros, con ala superior a los 5 centímetros para mantener a la sombra la mayor superficie posible.
  4. Procure que utilicen gafas de sol, siempre de CALIDAD.


  5. El protector solar debe ser de FACTOR ELEVADO, entre 30 y 50 FPS. Aplíquelo antes de exponerse al sol y repita la aplicación cuando estén ya al sol, para garantizar mayor protección. 
  6. RENUEVE la crema protectora cada hora y media, o si el pequeño suda mucho, o le acaba de secar con la toalla. 


  7. Haga una PRUEBA aplicando la crema protectora en una pequeña zona de la piel del niño antes de usarla en todo el cuerpo, para testar que no se produce una reacción adversa.
  8. Utilice un protector solar resistente al agua.
  9. Algunas de las zonas del cuerpo más comprometidas y a las que hay que prestar mucha atención son la nariz, las orejas, los hombros, y la parte superior de los pies.


  10. Por último, es muy importante practicar con el ejemplo. Debemos ser un modelo para nuestros hijos, que nos vean utilizar cremas protectoras y mantener buenos hábitos ante la exposición solar.
Sigue también los consejos dermosaludables de la Fundación Piel Sana y no olvides vigilar tus lesiones cutáneas y las de los tuyos, la prevención es la mejor arma a nuestro alcance.